La fundición por inyección fue el
primer proceso robotizado (1960). En este proceso el material usado, en estado
líquido, es inyectado a presión en el molde. Este último está formado por dos
mitades que se mantienen unidas durante la inyección del metal mediante la
presión ejercida por dos cilindros. La pieza solidificada se extrae del molde y
se enfría para su posterior desbardado.
El molde, una vez limpio de residuos de restos de metal y adecuadamente
lubricado, puede ser usado de nuevo.
El robot se usa
en:
·
la fundición de las piezas del
molde y transporte de éstas a un lugar de enfriado y posteriormente a otro
proceso (desbardado, corte, etc.).
·
la limpieza y mantenimiento de
los moldes, eliminando rebabas (por aplicación de aire comprimido) y aplicando
el lubricante.
·
la colocación de piezas en el
interior de los moldes (embutidos).
Las cargas manejadas por los robots en estas
tareas suelen ser medias o altas (del orden de decenas de kilogramos), no se
necesita una gran precisión y su campo de acción ha de ser grande. Su
estructura más frecuente es la polar y la articular y su sistema de control es por lo general sencillo.
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